Comentario
Capítulo 33
De cómo los chinanpanecas, que son Xuchimilco, Cuitláoac, Itztapalapan, etc., venieron en ayuda de los mexicanos
Estando las cosas en la disposición que arriba se dixo, vinieron a socorrer a los mexicanos y tlatilulcanos, que todos estavan fortalecidos en el Tlatilulco, los chinampanecas, que es Xochimilco, Cuitláoac, Mízquic, Iztapalapan, Mexicatzinco, etc. Y venidos, hablaron al señor de México, que se llamava Cuauhtemoctzin, y a los otros principales que con él estavan.
Y los capitanes habláronle, diziendo: "Señor nuestro, venimos a socorreros en esta necesidad, y para esto somos embiados de nuestros mayores, para pagar la deuda que devemos; y para esto hemos traído, y están aquí presentes, los mejores soldados que entre nosotros hay, para que ayuden por agua y por tierra." Oído esto, el señor de México y los demás dixeron: "En merced tenemos lo que los señores hazen de embiaros para nuestra ayuda. Aparejaos para pelear." Y luego diéronlos armas para con que peleasen; y diéronlos mucho cacao, y luego los pusieron en el lugar donde havían de pelear. Y puestos en sus lugares, todos començaron a pelear. Y los de Xochimilco començaron a robar para las casas donde estavan solamente las mugeres y niños y viejas, y mataron algunas mugeres y niños y viejas, y otros metieron en las canoas para llevarlos como esclavos. Algunos soldados de los mexicanos vieron lo que pasava y dieron aviso a los capitanes; y luego fueron contra ellos por agua y por tierra y començaron a matar en ellos y aprehenderlos. A todos los destruyeron y mataron. Y de las mugeres y niños y viejas que havían captivado, y el robo, no llevaron nada.
Los españoles se recogieron a sus estancias después de la pelea. Y a los de Xuchimilco y Cuitláoac y Mexicatzinco y Itztapalapan, etc., que captivaron, lleváronlos delante de Cuauhtemoctzin, que estava en un lugar que se llamava Yacaculco, donde está agora una iglesia de Sancta Ana, en el Tlatilulco. Y dixeron a Cuauhtemoctzin y Mayehuatzin la traición que hazían los de Xuchimilco y Cuitláoac. Y el Mayeoatzin, señor de Cuitláoac, reprendió a aquellos que havían hecho mala obra. Y Cuauhtemoctzin dixo al Mayeoatzin: "Hermano, haz tu oficio. Castiga ésos que han pecado." Luego el Mayeoatzin començó a matar en ellos, y el Cuauhtemoctzin le ayudó Mataron cada uno de ellos cuatro, y a todos los demás que havían captivado los mexicanos mandáronlos matar en los cúes de los ídolos. Murieron en todos los cúes de los muchos cúes. Por esta causa los mexicanos tomaron gran enojo contra los de Xuchimilco, y dixeron: "Estos de Xuchimilco moran entre nosotros y espíannos y avisan a los de su pueblo de lo que nosotros hazemos. Mueran." Y como haviendo determinado de matarlos, todos començaron a sacarlos de sus casas: hombres y mugeres, viejos y viejas. Y a todos los mataron sin dexar nadie, por odio de aquellos que havían hecho la traición so color de ayudar.
Dende a dos o tres días, vinieron dos vergantines por hazia la parte de Tlatilulco, que se llama Yauhtenco, y vinieron en ellos españoles solos, sin ningunos indios otros. Y como arribaron, luego saltaron en tierra; en tierra luego començaron a pelear, arrojar saetas y pelotas. Y los soldados de Tlatilulco agaçapávanse y ascondíanse detrás de las paredes y de las casas. Y los capitanes estavan mirando cuándo seria tiempo; començaron a dar grita para començar la pelea.